Voces que gritan y sacuden.
Voces quebradas que empujan pisando fuerte
y marcan el paso.
Voces ajenas conocidas y otras que no tanto,
donde las encuentro y me encuentro.
Voces que me enseñan, me completan y me conmueven.
Son todas esas voces que hoy están y muchas que ya no,
por las que seguimos gritando.