CUARENTENA
Las flores se marchitan más rápido sin ti.
Los días pasan rápido pero tu recuerdo se olvida lento.
Me miro a mí misa y no te hallo.
No encuentro el color entre las tristes frases olvidadas.
Encuentro en el arte lo que creía perdido,
y me niego a seguir pintando.
La casa se vuelve solitaria,
las sonrisas se apagan lentamente.
Las personas se empiezan a olvidar de Dios,
y con el tiempo Dios se olvida de las personas.
Las figuras se mueven
y me hablan en nuevos idiomas.
Pido ayuda desconsoladamente,
¿por qué nadie puede escucharme?
¿Y si tan solo soy un espejismo de mí misma?
O incluso un reflejo que llora cuando la luz no mira.
Y me pregunto si las plantas escuchan mis lamentos
y lloran por dentro
como yo.
Me desvelo con páginas en negro,
no encuentro un lugar al que huir.
Muchos espejos y en ninguno me reconozco
