Siguiendo el camino de las estrellas.
Hace 5 años que comencé mi viaje a través del senderismo y montañismo justamente subiendo este volcán, el Acatenango.
La primera vez, como dicen muchos, no se olvida. Fue una caminata larga y dura, fue a medio día con el sol de frente un calor realmente sofocante. Fue desafiante para el cuerpo y mente, sin duda un ejercicio al que nunca había estado expuesto pero que de algún modo lo disfrutaba. Sabía que al final la recompensa iba a ser grande, una vista que mis ojos no habían visto antes, era lo único que me repetía mientras mis piernas temblaban del cansancio. Y vaya si no fue espectacular. Una vista de 4,000 msnm con nubes por debajo de tus pies, con la atmósfera un poco mas cerca de tu cabeza, con aire puro y azules claros. Pero sobre todo un espectáculo brindado del acompañante eterno del Acatenango, el volcán de Fuego. Fue un momento de libertad y felicidad expresada en lagrimas que no lograron contener mis ojos.
Han pasado muchos cambios desde aquella experiencia, muchos viajes he realizado y mas veces he subido este volcán que deja de maravillarme. 5 años después regreso a la misma ruta, con un poquito mas de conocimiento, con una cámara y con el mismo entusiasmo de siempre. Estando en la cima decido hacer un rastro de estrellas, lo quise pequeño porque quiero ver esta fotografía y recordar que 5 años son un periodo corto de mi vida en donde han sucedido muchas cosas y que me emociona pensar todo lo que puedo lograr a llegar con el resto de vida que tengo por delante.
Porque así como los rastros se componen de muchas fotos en donde punto a punto se crea la linea del camino que toma la estrella, así voy construyendo mi vida, paso a paso.