El pasado dentro del futuro 
 
 
- ¡No fuimos nosotros los culpables! 
- Y entonces, ¿quiénes fueron? 
- Los humanos, los mismos que no me permiten respirar el aire. 
- Recuerda amigo, soy un ser humano.
- No hablo de ti, hablo de tus antecesores. 

Después de unas cuántas palabras entre ese curioso ser verde con casco para evitar ahogarse en la toxicidad del desierto y yo, un joven de poca edad, me di cuenta de su tristeza, de cómo sin tener gesticulaciones fuertes pude entender que estar en el polvo árido le hizo sentir nostalgia, no supe muy bien qué tipo de dinosaurio era, lo único que me mencionó al respecto era que escapó de su planeta anterior por la falta de agua y vegetales para nutrirse, así que, al no encontrar un cuerpo terrestre más cercano y con características que permitan la vida plena decidió volver a la Tierra.  
 
Siempre que miraba al río, en sus ojos se reflejaba el constante deseo de encontrarse algún hermano, algún conocido, aunque supiera que ellos se extinguieron hace miles de años, seguía expectante. Miré el paisaje tanto tiempo que ya no sabía que hora era, el sol abrazador me tenía exhausto, pero la fascinación de encontrarme con su nave espacial y la curiosidad que me despertaba no me permitió moverme ni un solo instante; la curiosidad que tenía era apremiante, así que decidí tomar valentía y lanzarme al ruedo del conocimiento, por tanto, pregunté, y una fue muy dolorosa para él, la cual fue: 

- ¿Por qué decidiste huir de la Tierra y a dónde llegaste? 
- No querido niño, yo no huí, fueron mis padres los que decidieron darme la oportunidad de vivir mientras que ellos se quedaban, ya que, los humanos habían destruido todo tipo de mecanismo de huida para nosotros, y yo estaba muy pequeño para elegir mi destino, solo pude subirme después de la operación ‘Meteorito’ y llegar a JM-47, un lugar hostil para la supervivencia que queda después de pasar dos agujeros negros, ¿sabes?, yo era mucho más alto, pero me contraje a tu estatura, en esos tiempos no teníamos tanta tecnología para evitar las reducciones en los viajes espaciales. 
- Aún no es posible en nuestra especie ir por el espacio con tal facilidad.
- Nosotros tuvimos demasiado tiempo de evolución, ustedes en su filogenia no llevan demasiado en existencia, con pasar solo cuatro veces por agujeros negros, perdiendo 17 vueltas extrasolares, sé que deben llevar aproximadamente 28.000 años. 
- ¿Cómo sabes eso? 
- Los libros de nosotros, ¿por qué crees que las civilizaciones lograron tanto avance en tan poco tiempo? 
- No lo sé, tenían personas inteligentes, ¿no? 
- Los líderes de ustedes nos pedían explicaciones de cómo crear, y nosotros les brindamos todo.
- ¿Ustedes eran pacíficos? 
- Si.
- ¿Entonces por qué dice en todos los libros que ustedes eran agresivos? 
- La historia la escribe el ganador, y en este caso fueron ustedes. 
- ¿Quieres decir que ustedes eran pacíficos? 
- No solo pacíficos, nosotros nunca luchábamos como ustedes llegaron siendo, vivíamos con la naturaleza, vivíamos en paz con todo y nos ayudábamos en nuestras labores de supervivencia.
- No hemos aprendido como comunicarnos como sociedad. 
- Lo siento por ello. 
 
Contemplamos la tranquilidad del río por unas horas más, y se acercó un cocodrilo a la orilla del río, él sonrió, no pudo contener las lágrimas, su casco se empañó por dentro, y dijo: 

- Por fin, un ser conocido, ¡un amigo más! 
- Pero ellos no hablan como tú, ¿sabías? 
- Ellos callan, es su virtud en el universo, guardar las historias que ven y continuar en su navegación, por ello siguen existiendo, por lo que veo.
- Pero ellos comen animales, tu me dijiste que vivían en paz, quiere decir que se agredían para lograr alimentarse.
- Tienes razón en que necesitaban alimentarse, pero el ciclo de la vida es que, si tú no te encuentras con las capacidades para soportar un instante más en la vida, te le entregas a los pasajeros que en realidad lo necesitan, a los caminantes, a las comunidades. Quiero decir, vivir con lo necesario, vivir para la comunidad. 
 
El cocodrilo siguió su paso, yo temí por mi vida, pero él solo siguió, llegué a entender algo en ese momento, y es que el consumismo nos hizo perder la tranquilidad de contemplar y desear lo justo. Solo pasaron unas horas, hasta que un viejo de la aldea me observó temeroso al borde del río con un ser extraño para él, llamó al jefe, y él cogió su arma, la apuntó con furia hacía mi nuevo amigo, él quiso huir, pero no tenía la suficiente fuerza para impulsarse camino al desierto donde aún se encontraba su nave espacial, el jefe de la aldea uso la lanza para atravesar su pecho con tal fuerza que traspaso la mochila que llevaba, de inmediato perdió la vida y murió en las llamas que produjo el objeto que acarreaba en su espalda. 
Esa noche sentí nostalgia por mi amigo el dinosaurio, esa noche no pude saber por qué sabía hablar mi idioma, quedé con las dudas a flor de piel, quedé con tantas preguntas por hacer y no saber a quién hacérselas, pero tenía algo claro, tenía la necesidad imperiosa de conocer la historia de cada uno de los seres que habitó la tierra antes que nosotros, sentí el deseo de conocer todos los secretos que escondía el universo.
El pasado dentro del futuro.
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