Adentro como una suave y tibia luz,
brillamos de la manera más inocente
entre enredaderas que surgidas de pequeñas espinas,
crecen y no debilitan sino que fortalecen
y nos muestran que a pesar de la tormenta
somos un monumento a nuestro viaje.
Entre sombra y luz, siempre en dicotomía,
entre belleza y caos, siempre en armonía,
entre mente y espíritu, siempre en a priori,
entre posar y ser,siempre en praxis,
indetenible e imbatible, no somos uno,
representaciones y reflejos en las distorsionadas aguas de la realidad.