Re-diseño fachada Bellas Artes Medellín.

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Bellas Artes, en búsqueda de mayor visibilidad y recordación de marca, desarrolla acciones, con participación de alumnos y docentes. En el caso de la fachada del edificio de Ayacucho, se efectuo una convocatoria, entre los alumnos de las carreras Diseño Visual y Artes Plásticas, para presentar propuestas de intervención, entre las cuales se eligió la mía, en este espacio podrás ver todo el proceso.

Para realizar la propuesta de la nueva fachada de Bellas Artes (sede Ayacucho) se tomó de base o inspiración el rectángulo dorado, rectángulo áureo o proporción divina (fig. 1). Hallazgo antiguo que no tuvo un estudio serio hasta Euclides (300 – 265 a.C.) quién es conocido ahora como ‘’El padre de la Geometría’’.

Lo interesante de este descubrimiento es que resulta ser una proporción que rige desde las galaxias hasta el más pequeño detalle que hay sobre la tierra. Esta proporción ha sido usada a través de los tiempos en diferentes contextos, dando siempre muy buenos resultados, categorizados como armónicos, de los cuales varios artistas se han aprovechado para darle vida a sus obras, entre ellas están ‘’La Monalisa’’ y ‘’La última cena’’ de Leonardo Da Vinci. También el famoso Salvador Dalí la usaba a diario y se dice que él ha sido uno de los artistas que mejor la han entendido, tanto que el en sus entrevistas afirmaba que existía un dios, el cual conectaba la ciencia, el arte y lo religioso en sus obras, mediante esta proporción.

Y existiendo infinitos ejemplos de cómo la proporción divina actúa en nosotros, no deja de maravillarnos, mostrándonos en su rectángulo una base de siete espacios, los cuales para este proyecto se relacionaron con las siete bellas artes (Arquitectura, danza, escultura, música, pintura,literatura, cinematografía). Y aunque en un principio solo se haya mencionado esta proporción en el sentido visual, también ha sido usada en
las demás artes, que contienen los otros sentidos como lo es la música, literatura y danza, donde se pueden lograr estas proporciones y siguen asombrándonos con su armonía.

La figura fue invertida para que empiece a ser leída desde Ayacucho y termine en la puerta principal de la universidad, pero no por esto pierde significado, por el contrario, fue puesta en esta dirección para que los primeros rayos del sol del día iluminen la primera fase, y el terminar lo hagan los rayos de la tarde. Esto así por costumbres milenarias y de arquitectura donde cientos de monumentos y templos considerados maravillas o de gran historia fueron creados por que así se cree que se reciben buenas energías y el poder de la iluminación.

Para la propuesta del color en la fachada se tomaron en cuenta las tres tonalidades de los cien años del Instituto de Bellas Artes (cian, magenta y amarillo) con ciertas varaciones para poder crear una paleta de siete colores y de esta manera continuar con la cifra de las sietes bellas artes ya mencionadas anteriormente.
El segundo paso fue encontrar una disposición de todos los colores en la forma seleccionada, el cual se resolvió basado en la Kamea o cuadro de 8x8 creado por Benjamín Franklin hacia el año de 1769, es uno de los más conocidos en la historia, ya que no importa por donde se sume, su resultado siempre va ser el mismo. Como dato interesante de este cuadro se le atribuye que esta relacionado con el planeta Mercurio, considerado como el astro mensajero, asociado con la inteligencia, educación, comunicación y enseñanza. Así que al unir este concepto y esta inspiración tenemos como resultado un ‘’desorden estratégico ’’ , el cual guarda el mensaje de la divina proporción y cumple a su vez con el papel estético que se busca reflejar en la fachada através del color, sin solo centrarse en ese papel si no también contando mucho más de lo que es una historia, una institución y mucho más allá de lo que es, ha sido y va ser Bellas Artes.