No hay aire limpio, solo el que expulsan estas no se cuantas personas que tengo encima, aliento tras aliento, olor tras olor, empiezo a sudar. A mis manos les cuesta cada vez más sostenerse del tubo, frenazo tras frenazo, parada tras parada, me canso más. Con este tiempo de experiencia, corto, largo, nose; he aprendido algunos trucos. Primero, al subir al bus y no encontrar asiento, pararse de forma estable para evitar una caída, piernas separadas a la distancia de los hombros. Segundo si usted va en hora pico y solo cabe uno, o usted o su maleta, proceda a bajarla al piso y separe las piernas para asegurar la maleta con los pies y evitar cualquier robo/pérdida de la misma. Tercero, busque espacio suficiente en el tubo pasamanos, preferiblemente en los horizontales al frente de las sillas rojas y de la misma forma apartar las manos, pero a una distancia aún mayor para obtener más equilibrio. Por ultimo, descuelgue la cabeza y cierre los ojos pero no se confíe, siempre pendiente, pendiente a la silla que liberan o de su próxima parada. Por último recuerde: esta no es una condena y usted tampoco va resucitar entre los muertos solo es la crucifixión moderna de quienes tienen la fortuna de usar el bien conocido transmilenio colombiano.
