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Intervención en el Foso del Rectorado

Intervención en el Foso del Rectorado
Ocupación de uno de los espacios olvidados de Sevilla
Se nos plantea la intervención en el foso a lo largo del segundo cuatrimestre de la asignatura de Proyectos 4 en el curso 2012-2013, como un ejercicio en parejas de forma que fue desarrollado junto a mi amigo y compañero Guillermo Puche Valdayo. Se propone un acercamiento a un espacio que pasa completamente desapercibido en un lugar tan transitado como es la antigua fábrica de tabacos del centro de Sevilla, casi medio kilómetro de trinchera a cinco metros bajo el rasante de la calle que escapan completamente a la vista del viandante embelesado por la construcción a la que cerca por tres de sus lados. Tres puentes completamente diferentes entre sí salvan la línea defensiva excavada dispuestos frente a cada una de las puertas del edificio, mientras que el cuarto lado, que mira hacia la calle San Fernando queda "desprotegido".
Encontramos un espacio de uso obsoleto, invadido por la naturaleza y olvidado u obviado por las personas que transitan tangencialmente a él o incluso lo atraviesan por cualquiera de sus pasarelas, y nos trajo a la mente el proyecto de Field Operation para la antigua línea de ferrocarril de mercancías que recorría la margen oeste del sur de Manhattan, el High Line de Nueva York: Una infraestructura industrial en desuso durante más de treinta años, en los que la naturaleza se había apropiado de ella, constituyendo un paisaje natural flotante sobre la ajetreada ciudad. Extraemos una serie de fotografías y un fragmento de texto que nos pareció vital para entender la intención de nuestra intervención en el foso, del libro Proyectos Encontrados. Arquitecturas de la alteración y el desvelo, del arquitecto y antiguo profesor nuestro Juanjo López de la Cruz. El texto se corresponde con unas frases de la memoria del proyecto de rehabilitación que realizaron Diller & Scofidio y el artista Olafur Eliasson en 2005 y una parte del análisis que se hace en el citado libro.
Las fotografías pertenecen a la serie Walking the High Line de Joel Sternfeld.

“El proyecto plantea proporcionar respuesta a las necesidades efímeras, oportunidades y deseos provocados por este contexto, la experiencia lineal del nuevo paisaje de The High Line quedará marcada por la lentitud, la distracción y el carácter de “otro mundo” que preserva su condición extraña y salvaje, permaneciendo siempre inacabada a través de un crecimiento emergente y cambiante a través del tiempo.”
[…] las fotografías de Sternfeld y la propuesta de Field Operation suponen una sugerente y premonitoria visión en torno a la recuperación de las infraestructuras de comunicaciones abandonadas, considerándolas una lección más de anatomía contemporánea. Pese a ello y a las prometedoras palabras de la memoria del proyecto de Fields Operation, existe en la intervención una cierta pérdida del carácter “de otro mundo” anunciado, que sí reflejaban las fotografías de Sternfeld, una disipación de la entropía diría Robert Smithson sucedida a través de la excesiva domesticación del espacio.
En este párrafo encontramos una sentencia totalmente reveladora de nuestra intención: Intervenir en ese “otro mundo” que constituye el foso de forma ligera, sin domesticarlo en exceso. Pero un contexto tan complejo precisa de ser estudiado detenidamente, para lo que se aprovecha la bajada al lugar para tomar medidas y confeccionar una base de trabajo sólida, para no incurrir en errores graves como la errónea colocación de un árbol sobre el plano. Si no quieríamos despojar al foso de su carácter salvaje lo último era eliminar la vegetación de primer orden, de forma que la intervención debía retorcerse y molderarse de forma que no interfiriese con los árboles. El foso se presenta como un espacio óptimo para pasear y sentarte a leer bajo la sombra cuando las condiciones sean más agradables que en el espacio que rodea al edificio del rectorado, de forma que la principal intervención que habíamos de realizar entonces era hacerlo visible y accesible, crear un recorrido en el seno del foso con algunos espacios más dilatados donde hacer posible esa parada. Por otra parte, al tratarse de un proyecto cuatrimestral nos parecía "quedarnos cortos" con ésta propuesta, más aún cuando en las proximidades del rectorado encontramos también un ambiente agradable para el paseo y la charla tranquila, de forma que nos planteamos introducir nuevas variables al proyecto, usos que no existieran arriba y complementaran a las que ya se podían desarrollar, sin incurrir en una mera duplicación.

Así es como surgió la idea de disponer algunos espacios deportivos de pequeña escala e intervención mínima, como algunas canastas circundadas por un suelo pavimentado o algunos elementos para realizar algunos ejercicios individuales aprovechando las áreas más despobladas de vegetación dura, o de un pequeño escenario para organizar conciertos, charlas o cualquier actuación. Conectando las zonas de programa, se dispondría un espacio de tránsito pavimentado con listones de hormigón prefabricados, que simplemente se apoyaran sobre el suelo del foso para hacer más cómodo el paseo cuando el suelo se encuentra mojado, ya que comprobamos en nuestra visita que tras algunos días de lluvia había espacios muy enfangados y molestos de pisar. Pura naturaleza.
El siguiente paso era determinar la materialidad de esa pasarela que materializaría el paseo y conectaría los distintos "paquetes de programa", planteandonos cómo se iba a construir, en qué punto o puntos tocaba el foso y cómo de respetuosa era con el mismo. La respuesta a la última cuestión estaba muy clara, ya que siempre se planteaba como un elemento liviano, que pasase desapercibido ante los potentes muros, y la materialidad parecía destinada casi sin hablar de ello a presentarse en forma de piedra artificial, de fácil puesta en obra. De esto último, surgió la necesidad casi de buscar una modulación, una forma de cuantificar mejor el espacio y de buscar una solución constructiva eficiente, de rápida construcción y más rápido desmontaje en caso necesario, dejando las mínimas huellas y cicatrices sobre el foso. Ésta trama no solo conformaría la citada pasarela, si no que se convertiría en leit motif de todo el proyecto, dando lugar al mobliario, a los elementos de sombra y al pavimento que cubriría partes del salvaje suelo del foso.
Partiendo desde la esquina más suroriental donde la cota de la calle está a la misma altura del pretil o reborde que corona el foso por su cara exterior por lo que se nos presentaba como punto óptimo para comenzar la rampa, surgió la dificultad de casar una trama ortogonal con las curvas del foso, por lo que tras muchas elucubraciones, surgió la idea de usar una trama hexagonal, quizás muy fuertemente influidos por alguna lámina de Escher donde se usa un patrón geométrico igual o quizás por su capacidad de dividirse en una trama triangular en caso de necesitar una subtrama.
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