Al viajar a Consacá*(Nariño) descubrí una tradición que se transmite de generación en generación, una fascinante labor por parte de unos hombres que se esfuerzan por mantener una costumbre que alimenta no solo sus almas sino las bocas de todo un país. El trabajo de estos hombres comienza muy temprano, cuando aún no han salido los primeros rayos del sol, esta labor de características ancestrales les ha dado para vivir dentro de una cultura que trata de arrebatarles sus costumbres.
 
En la primera etapa el cañero se adentra en la siembra de caña de azúcar para empezar a cortarla, posteriormente cargarla en los caballos y llevar la caña hacia el camión, siguiendo el camino al trapiche, lugar donde continua la magia de su labor y la producción de un manjar disfrutado por miles de personas. Al llegar la caña al trapiche, esta es  llevada por el trapichero para moler la vara de caña y obtener su extracto. Posterior a este proceso el extracto pasa por una etapa de limpieza, evaporación y batido por medio de unos cucharones logrando la consistencia final que luego es moldeada y empacada para su consumo. Este producto es la denominada Panela.
 
Así pues, lo artesanal, su valor, constancia y amor hacia el legado panelero no ha permitido que la industrialización aún intervenga en este trabajo manual olvidado quizá por las personas en las grandes ciudades, sabiendo sin embargo, que el fruto de esta labor
está presente en casi todos los hogares colombianos.
 
*Población ubicada al sur de Colombia.
Tradición de Caña
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Tradición de Caña

Muestra del proceso de la elaboración de la panela en el municipio de Consacá-Nariño, Colombia.

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