Esta es la historia de como una gitana me robó el corazón...
Llegaba yo a la feria del pueblo, un circo espléndido habían levantado en aquel polvoriento lugar y en medio de aquellas nubes enormes, veía a una hermosa chica ahí parada, la seguí y me miró con sus hermosos ojos perlados, de cabellos rubios y brillantes como el sol. Quedé hipnotizado con aquella mujer...
Todo sucedió muy rápido, cuando volví a mirar ya aquella hermosa mujer no estaba...
Caminé hasta su tienda de donde vi salir destellos de luz parpadeante como si el poder de un rayo estuviera ahí dentro, setí curiosidad, lo confieso, así que corrí lo más rápido que pude y espié a través de las telas que del techo colgaban...
Caminé hasta su tienda de donde vi salir destellos de luz parpadeante como si el poder de un rayo estuviera ahí dentro, setí curiosidad, lo confieso, así que corrí lo más rápido que pude y espié a través de las telas que del techo colgaban...
Entonces la vi, ahí estaba ella, sentí que sin mirarme ya sabía que la espiaba...
Muchas luces parpadeantes salían de sus manos y su bola de cristal, entonces me armé de valor y le pedí a esa mística chica que me dijera mi destino tan solo por tener la oportunidad de tocar sus manos...
Muchas luces parpadeantes salían de sus manos y su bola de cristal, entonces me armé de valor y le pedí a esa mística chica que me dijera mi destino tan solo por tener la oportunidad de tocar sus manos...
Ahí me senté, justo frente a ella, tomó mi mano y comenzó mirarme con sus ojos penetrantes, me sentí atemorizado al principio pero mientras escuchaba su voz mi corazón dejaba de latir, como si el tiempo se detuviera a mi alrededor, mientras ella me hablaba solo la observaba, disfruté cada detalle, cada objeto misterioso sobre su mesa y aquella luna sonriente de su brazo...
y miré...
Luego que salí de aquel lugar quedé con ganas de volver a verla, de tener otro encuentro con aquella mujer.
Mi sorpresa al llegar a su tienda al siguiente día, no había nadie, como si una nube de humo se la hubiera llevado ¡GITANA! grité hasta caer de rodillas, no se dónde está ella, tampoco se su nombre, solo me quedó el recuerdo de esa chica misteriosa que recuerdo con emoción.
Aquí aguarda un pecho vacío esperando ver a esa Gitana que un día le robó el corazón.
