Memorias de un banco de colegio

Cuando entró por primera vez a la clase, parecía que era un alumno común y corriente pero pronto me daría cuenta que tenía rasgos que quedarían grabados tanto en mi memoria como en mi superficie. La vida para los de nuestro tipo suele ser aburrida al no tener ningún tipo emoción. Nos encontramos largas horas sentados para que apoyen cuadernos sobre nosotros y de vez en cuando esos rufianes nos pegan chicles.
 Sin embargo este alumno no era como los otros. El tenía un perfil bajo y hacia buen provecho de él. Muchas personas marcan su territorio mediante nombres tallados, objetos colgados, etc. Él lo hacía mediante dibujos. Apenas empezaba una hora de clase que le aburriera (que era la mayoría de las clases) el extendía su brazo hacia su cartuchera sacaba un lápiz y empezaba a dibujar directamente sobre mi superficie. Solamente con verlo uno se daba cuenta que su imaginación volaba.  Iguanas, dragones, animales, paisajes, calaveras, lo que pasara por su cabeza se veía volcado en sus dibujos. En poco tiempo ya todos sus compañeros sabían cuál era su lugar en la clase.
El mismo había desarrollado un método para evaluar sus creaciones. El personal de limpieza era implacable a la hora de limpiar nuestras superficies, por lo tanto si su dibujo era lo suficientemente bueno y cautivaba al personal, este podía durar dos o inclusive tres días, cosa que a él lo ponía muy feliz.
Me tomó un tiempo darme cuenta que él jamás usaba una goma de borrar. El no se negaba a usar goma de borrar, pues se equivocaba muchas veces pero era tan poco organizado que siempre se olvidaba de traerla y no pedía una prestada porque lo consideraba un desafío.
Muchas veces lo retaron y lo regañaron por hacer dibujos en clase, pero eso nunca lo frenó, porque esos dibujos se habían convertido en parte de su orgullo, ya eran parte de su identidad y jamás se irían.
Tristemente llegó el día en que termino el colegio. Ese mismo día terminó una obra maestra que con satisfacción firmo. Luego fue a despedirse de todos las personas que conocía sin olvidar el personal de limpieza, y sin mirar atrás se marchó.
¿Y qué me dejó a mí? Pues a mí me dejo un valioso recuerdo. Debajo de mí tapa, casi incrustado en mí, se encuentra un lápiz con dos centímetros de largo.


 Autobiografia

Hola Mónica

Hola Mónica,
 Soy yo, tu nuevo  jefe. Espero que en estos pocos días ya te estés acostumbrando al ambiente de trabajo que tenemos en la empresa. Veras que somos buena gente, aunque algunos un poco mas locos que otros. Espero que puedas cumplir tu rol de secretaria a la perfección. Sin perder tiempo procederé a darte tu primera tarea. Hoy es 5 de agosto, todos los años esta misma fecha le encargo a mi secretaria que le haga un regalo a una persona especial y muy famosa, que es mundialmente reconocida como una celebridad y alabada como una persona de gran ingenio. El nombre de esta persona es Juan Fresco y es el ser vivo  que más odio en el universo. Es una rata traicionera, un ladrón, un miserable, mal nacido, forro, es un…….perdóneme me deje llevar. Le explicaré las razones que me llevaron a maldecir, detestar y odiar con todo mí ser a este hombre.
Todo comenzó un día similar a este, también un 5 de agosto. Él se presentó como un joven con una idea revolucionaria y de éxito garantizado, como todos los demás. En ese tiempo yo solía escuchar alrededor de 20 propuestas por día. Yo soy una persona que no tolera fracasos. Si una idea no me gusta la aplasto, la despedazo, la extermino para que deje de contaminar el mundo. Este fue el caso de Juan Fresco. Él vino con una propuesta de sombrero, pero el idiota hizo un sombrero ¡sin ventilación! Un sombrero sin ningún tipo de agujero que dejara entrar aire. La empresa buscaba un sobrero que se volviera popular en el verano y ese sombrero nos era inservible. No le tuve ningún tipo de piedad, lo bombardeé de críticas, lo destrocé, lo aniquilé, lo aplasté. Lo eché de mi oficina diciéndole que un ventilador sería mejor que su intento de sombrero. No se le ocurrirá pensar otra idea en su vida me dije, otro idiota con malas ideas menos en este negocio.
Unos meses más tarde me entere de un nuevo producto que se estaba vendiendo en cantidades astronómicas, un producto para cualquier lugar donde hubiera un alto grado de temperatura, un producto que ya se estaba vendiendo exitosamente en muchos países. El producto era un sombrero que mantiene tu cabeza fresca mediante un sistema de ventilación incorporado, como si uno tuviera un ventilador en su cabeza. El nombre del creador de este artefacto me hizo estallar de furia. El maldito se atrevió a insultarme. Sacó la idea de algo que yo había dicho, mi idea, usó mis palabras para volverse rico y el miserable me lo refriega  en la cara.
En fin, esa es la historia. Como él me manda siempre cartas de agradecimiento por ayudarlo a llegar a donde está ahora y bla bla bla, yo siempre le mando dos regalos de cumpleaños. Uno tiene mi nombre y un lindo regalo para quedar bien, pues él ahora es una persona importante con la cual no es recomendable enemistarse. El otro regalo es anónimo y suele llevar amenazas y alguna que otra maldad.
Bueno habiéndote explicado la situación te dejo a cargo de la elección y del envío de los regalos. Asegurate que ambos sean una gran sorpresa para él.
Hasta pronto, tu jefe.





Once

Primer día de trabajo después de la suspensión,
Tren nuevito.
Cumbia, ritmo, pasitos de baile, entusiasmo,
Controles relucientes que invitan.
Un movimiento y el acelerador casi al tope.
Su propio paraíso. Un sueño hecho realidad.
34 años atrás, un altillo en una casa vieja.
Una ciudad miniatura. Edificios, una iglesia, autos, personitas de 1cm, un andén de tren.
Una cajita con la perilla en punto máximo de velocidad
La ciudad con un tren a todo lo que da.
Papel mache hecho trizas. Escombros de una ciudad.
Poste tras poste, el ruido de las vías tacatac, tacatac, tacatac.
Un juego, un divertimiento, una apuesta.
Con el pie en el embriague detenerse.
Pedal a fondo, chirrido de las vías y un movimiento brusco.
Gritos, aullidos, todo un caos.
El tren de costado y ruido de sirenas.



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Cuentos cortos
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historias que te hacen sonreir

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