Las Cuevas de Altamira, ubicadas en Santillana del Mar, Cantabria, España, representan un hito fundamental en la historia del arte rupestre y la arqueología. Descubiertas en 1868 por Modesto Cubillas, estas cuevas naturales albergan un vasto conjunto de pinturas y grabados que datan de hace más de 22.000 años, entre el 36.000 y el 13.000 a.C.