Milán, la metrópolis cosmopolita de Italia, es conocida por su diseño de vanguardia, su arquitectura histórica y su escena de moda de clase mundial. La ciudad bulliciosa alberga desde la majestuosidad del Duomo y Galería Vittorio Emanuele hasta las elegantes boutiques de la Via Monte Napoleone, creando un equilibrio entre lo antiguo y lo moderno en el corazón de la cultura italiana.

La moda es definida por la RAE como un uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, y/o en determinado país. 

Según el parecer de.Simmel, 2005; Salazar, 2011; Martínez y Vázquez, 2011; y Volonté, 2009) La moda es en primer lugar historia, ya que funciona como un canal para expresar la subjetividad humana (Simmel, 2005). En segundo lugar, la moda es cultura. A lo largo de la historia, las distintas civilizaciones han utilizado la moda como vehículo de expresión de su idiosincrasia, transmitiendo los valores de las personas y grupos que los integran, siendo modo de comunicación de formas de relacionarse, de reconocerse, de diferenciarse, etc.

Es cierto que Milán es reconocida mundialmente en el ámbito de la moda, siendo anfitriona de la emblemática "Milano Fashion Week" (o "Milano Moda Donna" en italiano). Este evento anual atrae la atención de millones de artistas, diseñadores, modelos y aficionados de la moda de todo el mundo. La semana de la moda en Milán es un escaparate de innovación y creatividad, donde las principales casas de moda presentan sus colecciones más recientes en pasarelas de renombre internacional. Esta celebración de la moda posiciona a Milán como uno de los epicentros globales de la industria, contribuyendo a su reputación como una ciudad vibrante y dinámica en la escena internacional.

Sin embargo, la moda no se limita únicamente a esa semana. Durante todo el año, en cualquier estación y sin importar el clima, Milán se convierte en una pasarela donde personas de todas las edades y géneros exhiben glamour, extravagancia y un estilo distintivo que la diferencia de cualquier otra ciudad europea.

Milán se erige como una ciudad donde la arraigada cultura de la moda, entrelazada con su distintiva arquitectura, genera una simbiosis entre edificios y habitantes. Al observar con detenimiento, se percibe la armoniosa combinación de tonalidades y texturas de la vestimenta de milanenses con los edificios y diversidad arquitectónica, creando así un panorama único que cautiva en cada esquina.

Es apartir de los viajes que realicé a Milán entre 2015 y 2020, que pude capturar en fotografías un reflejo de lo mencionado anteriormente. Desde personas de todas las edades montando en bicicletas con tacones y vestidos elegantes, hasta aquellos con atuendos tan originales que podrían pasar por disfraces de fiesta. Pude observar, enamorados luciendo vestidos de alta costura y una abundancia de estilo en cada rincón de la ciudad.