"Nadie dijo que para ser Santo, hace falta haber sido bueno en la vida."
En Venezuela, los delincuentes más comunes visitan a diario el cementerio general del Sur de Caracas, a rogar protección a la conocida "La corte malandra" conformada por una serie de delincuentes que protegieron los barrios en los que vivieron durante los años 40-50 y 60, que murieron de manera violenta. Así como actualmente ocurre en Caracas con 200 personas por cada 100.000 habitantes entre los 15 y 20 años.