Desde finales del siglo XIX, Medellín, capital de Antioquia, se destacó por sus avances en servicios e infraestructura, convirtiéndose en un modelo de progreso en Colombia. Sin embargo, este desarrollo a menudo implicó la demolición de obras patrimoniales en nombre de la modernización.

Este malentendido del progreso ha destruido la riqueza cultural y patrimonial del centro de Medellín, haciendo que pierda su carácter emblemático como centro histórico y transformándola en una ciudad ecléctica. La limitación de terreno ha llevado a la edificación, demolición y reconstrucción en terrenos previamente ocupados, resultando en múltiples fases de desarrollo sobre el mismo espacio y priorizando cambios a corto plazo.

Esto subraya la importancia de reconsiderar la posición frente al patrimonio conservado.

El proyecto tiene como objetivo reutilizar los Talleres del Antiguo Ferrocarril de Antioquia integrando la preservación, la resiliencia ecológica y las actividades culturales para revitalizar el área. Aborda el desafío constante de la conservación del patrimonio en el contexto de una ciudad latinoamericana moderna en constante cambio, enfatizando su potencial como catalizador del cambio en lugar de ser un obstáculo para el progreso. Al abordar directamente los problemas ambientales, introduce un nuevo enfoque de renovación urbana que equilibra la practicidad y la conservación, mientras fomenta el desarrollo del entorno natural emergente. Incorporar este patrimonio industrial crea un vínculo dinámico entre el pasado y el presente, enriqueciendo la identidad y la experiencia de la comunidad local a través de franjas de actividades, todas articuladas por un sistema de drenaje urbano sostenible (SUDS) central y la idea del vacío.

La Nave 1 se enfoca en crear un nuevo tipo de paisaje intermedio entre la ruina industrial existente, que se transforma en una ruina artificial inundable y permeable, y la vista permanente de Medellín como contexto. Los senderos permiten una inmersión pasiva y reflexiva en el paisaje, facilitando la contemplación del paso del tiempo en este entorno renovado.

La Nave 2 se centra en usos culturales más tradicionales. Se propone un teatro de doble espacio abierto, diseñado para ser versátil y adaptable a diversas actividades de diferentes escalas. Esto se complementa con una galería que, en su concepción inicial, consiste en un espacio abierto adaptable para diferentes tipos de exposiciones y una sección cerrada destinada principalmente a proyectos de arte digital e inmersivo. Estos espacios, que una vez fueron centros de formación profesional, aún tienen potencial como entornos para el aprendizaje y la educación moderna en un área donde las instalaciones existentes luchan por hacer frente al alto crecimiento de la población informal.

Finalmente, un Sistema de Drenaje Urbano Sostenible (SUDS) emerge como el elemento unificador entre las dos naves, funcionando como un paisaje de espacio público inmersivo, que puede ser utilizado a medida que la naturaleza crece y el tiempo deja su huella. Se distingue por su completa permeabilidad, integrándose sin problemas con los rieles abandonados presentes en el área. El espacio ofrece áreas para el disfrute pasivo, así como una serie de rutas predeterminadas que fomentan que las personas exploren el área e interactúen gradualmente con el paisaje verde emergente.