1869 vio el nacimiento de una obra maestra: la escena de playa de Winslow Homer. En este impresionista lienzo, los detalles, desde los niños jugando en la playa hasta los reflejos en el agua, son testimonio de la habilidad de Homer. La paleta pastel, acentuada con toques de rojo, da vida a la escena, creando una atmósfera serena y pura.