La naturaleza es un regalo invaluable que la vida nos ha brindado, un tesoro que debemos proteger y cuidar para que siga siendo fuente de bienestar. Los bosques son un componente vital de ese tesoro, pues son el hogar de innumerables especies, pulmones verdes del planeta y fuente de abundancia para nuestro espíritu. Al caminar por ellos, nos conectamos con lo más profundo de nosotros mismos, con nuestra esencia natural y con la sabiduría ancestral que nos enseña a vivir en armonía con el mundo que nos rodea. La conservación de los bosques es una tarea necesaria, que nos llama a proteger lo que nos da vida y agradecer lo mágico que es estar dentro de ella. 

Desde el 2008 un proyecto familiar se erige con fuerza en Oxapampa, Perú. Eduardo de la Cadena, ingeniero forestal, e Ingrid Mayer, chef peruana, nos ofrecen una experiencia única de vivir en Ulcumano Ecolodge. Un refugio en las alturas, donde los bosques nubosos son sagrados y la biodiversidad es cuidada con respeto. Aquí, 102 hectáreas se extienden con un verde majestuoso, alimentadas por ríos voladores que esparcen las brisas del Amazonas. Ulcumano no es un hotel, es una comunidad que se esfuerza por mantener la belleza de su entorno, cada cabaña de madera y los detalles interiores, es un recuerdo del cuidado que se tiene por la tierra y cada huésped es parte de una causa noble, ya que, al alojarte, se destina un porcentaje de lo que inviertes a la reforestación, mantenimiento y operatividad eficaz. Aquí, la naturaleza te susurra al oído y en complicidad te invitan a sumergirte en diversas actividades.