Después de más de tres décadas, la RFEF decidió presentar un nuevo logotipo que se separa completamente del utilizado previamente, inspirado en el famoso artista catalán Joan Miró. El antiguo, lleno de detalles y pinceladas irregulares, no es el mas amigable para reproducir en espacios reducidos ni el más moderno; a la vez, se entiende un rediseño que sigue las tendencias mundiales y se construye de una manera limpia y minimalista. Sin embargo, la estética del logo anterior supo volverse icónica y - como pruebo en este proyecto - pudo haberse mantenido en esencia.

Ningún elemento visual es tan fácil de asociar al fútbol español como el clásico balón de cuero oscuro con el que se jugó en las primera épocas, que aparece en muchos de los escudos del país. Además de su alto poder simbólico, tiene la versatilidad necesaria para ser el elemento central de un logo que, manteniendo la estética de Miró, sea también moderno, sencillo y amigable con cualquier medio en el que pueda utilizarse.  

De todas las versiones disponibles, escogí la representación asimétrica de un balón de 12 paneles que, con algunas lineas deliberadamente rebeldes, ofrece suficientes espacios cerrados para utilizar la clásica paleta de colores: blanco, negro, rojo y amarillo. Finalmente, en el centro del balon multicolor se leen claramente las siglas RFEF en la misma disposición que en el nuevo escudo.
La tendencia mundial en la identidad de los equipos de fútbol apunta - en mayor o menor medida, dependiendo del caso - hacia el minimalismo. Aún entendiendo que un escudo no es un logo, porque un club es más que una marca, lo cierto es que cada vez más es común y necesario que los clubes (y las selecciones nacionales) se manejen como marcas y que sus identidades visuales cumplan con ciertos requisitos que antes no se consideraban tan necesarios.

Hoy más que nunca, las instituciones deportivas tienen a su disposición nuevos medios en los que conectar con sus adeptos y nuevos productos para comercializar en nuevos mercados. Esto trae como consecuencia que el principal elemento de identidad visual - el escudo - tenga que reproducirse en muchos más tamaños y formatos. 

Lógicamente, mientras más elaborado sea un escudo, menos versátil será a la hora de reproducirse en la version para móviles de un sitio web, una bufanda, una gorra o una camiseta. En el caso de La Roja, es casi una ley que las camisetas lleven el escudo nacional en el pecho y como este debe respetarse, resulta imposible pensar en un escudo para la selección española que se asemeje, por ejemplo, al de la Juventus o el Nantes. El escudo debe tener cada uno de sus cuarteles, pilares y coronas; sin embargo, el tener que respetar muchos elementos no quiere decir que no sea posible modernizar el escudo español para adpatarlo a los tiempos modernos. 

En mi rediseño se observa un escudo en el que no hay líneas, colores, ni detalles de más que dificulten su reproducción, acompañado de una versión monocromática del logo de la RFEF y el año de fundación en tipografía de estilo real. Mucho más simple, pero igual de reconocible.
RFEF - España
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