PLATA
Obra motivada por la riqueza de nuestro lenguaje, por el juego de palabras al que ello da lugar y a las diferentes maneras en que podemos leer o interpretar algo.
Abordo la situación económica de la población que subsiste del trabajo independiente, del llamado “rebusque”, alto porcentaje de la población colombiana; personas que dependen de la labor diaria para obtener los ingresos que le permitan suplir sus necesidades básicas: alimentación, arriendo, servicios, y si acaso, salud.
El desencadenamiento de la pandemia Covid 19, supuso restricciones establecidas por el gobierno., dentro de éstas, la libre circulación, afectando la economía de los trabajadores informales. Durante ésta temporada se hizo aún más evidente las falencias de las políticas económicas que han regido nuestro país: No hay capacidad de ahorro, y el que no trabaja, no come; triste realidad de los sectores más deprimidos de la sociedad.
Así las cosas, al no poder realizar el trabajo diario, al no poder obtener recursos, y por ello no poder acceder a la canasta básica, éste sector se vio en la necesidad de salir a laborar en medio de la pandemia, destacándose los recorridos de los vendedores de verduras, en sus carretas con sus característicos pregones, que son parte de la cotidianidad del caribe, dentro de ellos: ¡PLÁTANO, PLÁTANO!
Planteo esto en una pegatina urbana, (como urbanos son los recorridos de los carretilleros) instalada en una solitaria calle de Valledupar, pintada a mano, imitando a una moneda, con una efigie en su centro, evocando a próceres o a personajes importantes de la historia, en este caso el emblema de la mala situación, bordeada por la frase PLATANO HAY. PLATA NO HAY, y cuyo valor equivale a CERO, reflejando la precariedad económica de gran parte de la población de nuestro país.
Plata
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