DE TIMBRERO A DUEÑO DE JOYERIAS

Introducción

En los años 70 's en la localidad de Morón, en la Provincia de Buenos Aires, en una pequeña oficina se emprendió un negocio entre dos socios, Dario y Pocho. Serían los creadores de la primer crema antiarrugas, o al menos eso pensaban. Todo empezó cuando Dario, hablando con un amigo Químico le entró la curiosidad de cómo se hacían las cremas, Este le dio dos opciones, una de alta calidad y una básica. Por el estilo de vida que llevaba, Dario decide optar por la opcion mas economica, una crema base a la cual le agregaria diferentes esencias y aromas para tener diferentes variedades, pero hacía falta un ingrediente más en las cremas, ese ingrediente que generará la tensión en la piel del rostro, ese ingrediente que agregaría ese efecto antiarrugas. 
En la búsqueda del ingrediente que iba a generar la magia, Dario tiene una ocurrencia: "¡La maicena!" Le gritó a su socio Pocho. Sabía que la maicena iba a generar una resequedad en la piel, pero con la crema base iba a tener la combinación perfecta para lo que quería lograr, que las mujeres que la usaran sintieran como sus arrugas se estiran dejando una piel más tersa y suave. Así comienza el camino como emprendedor de Dario, quien siguió mejorando su fórmula, con muchos aciertos y desaciertos de los cuales aprendió cada día, hasta que la vida le trajo un nuevo socio y con él, un nuevo negocio. 
Esta historia le pertenece al padre de mi novio, quien ha vivido su vida a su manera, sin importar el qué dirán, ni escuchando a los demás, y como dice su canción favorita "Porque sabrás, que un hombre al fin, conocerás, por su vivir no hay porque hablar, ni que decir, ni recordar, ni que fingir Puedo seguir, hasta el final a mi manera" 
- A mi manera - Vicente Fernandez. 


Desarrollo

En un caluroso día de noviembre, se encontraba Dario en su oficina como todas las tardes, esperando el regreso de sus empleadas para recibir la recaudación del día y reponer con productos nuevos sus maletines. Darío siempre ha sido un hombre emprendedor y con mucha pasión por los negocios que le dejen un buen margen de ganancia, para los años 70 's se dedicaba a fabricar diferentes productos para el hogar, como aromatizantes, productos antihumedad, etc. Un día, Dario pensando en cómo mejorar su emprendimiento decide agregar a sus productos, cremas faciales hidratantes para las mujeres. Para llevar a cabo esto, acudió primero a un amigo químico, a quien le preguntó por la fórmula para hacer una buena crema, quien como respuesta le dice que para tener una crema de muy buena calidad debería usar aceite de ballena, pero esta era muy cara, con la cara triste y pensando que no podría lograrlo, su amigo le da una buena noticia. Usar crema base de laboratorio que era mucho más barata y además podía agregarle todo lo que él quisiera. Así fue como Dario empezó a fabricar cremas, con diferentes esencias, diferentes aromas.

El negocio de las cremas venía muy bien, se vendían rápido y las señoras mayores pedían por ellas, pero Dario aun no sentía completa su necesidad de un nuevo producto lo que lo llevó a investigar un poco más, investigación que lo llevó a la conclusión que no existía en el mercado de la cosmética una crema que fuera hidratante y a la vez antiarrugas. Con su socio Pocho y su hermana Yoli empezaron en la búsqueda de los ingredientes que perfeccionaran la fórmula de sus cremas, pero no se les ocurría que podía hacer el efecto antiarrugas en la piel. Después de mucho pensar Dario grita: "¡La maicena!" Entre sus pensamientos se le ocurrió que la maicena junto con la crema base iban a dar esa sensación de suavidad pero a la vez de piel tersa.

Las cremas empezaron a producirse y a salir casa por casa, la rutina de la empresa era siempre la misma, 4 hombres que lideraban cada equipo, y en total 28 mujeres que eran las vendedoras. A la mañana a eso de las 10:00 se encontraban todos en la oficina, cada uno tomaba su maletín, y salían a los barrios a tocar puerta por puerta ofreciendo los productos, haciendo mayor esfuerzo en la venta de las cremas. Una tarde como todas las demás, una de las empleadas, Andrea, se acerca a Dario para rendirle cuentas, pero había un inconveniente, una de las cremas estaba en el fondo derramada. ¿Qué pudo haber pasado? Dario como siempre un hombre desconfiado, llama la atención de su empleada acusandola de descuido con los productos, advirtiéndole que si volvía a pasar le será descontada la crema de su pago diario. Unos días pasaron y Dario volvió a recibir otra de sus empleadas con cremas en el fondo explotadas, ante su enojo los reunió a todos advirtiéndole que a partir de ese día, quien no cuidara los productos serian descontados de su suelo y hasta podrían perder el trabajo.

Un domingo muy caluroso hacía en la ciudad, Dario decide ir a su oficina donde podría estar tranquilo y podría organizar temas administrativos. Sentado en su escritorio no podía dejar de pensar en sus empleados y las cremas explotadas, no podía entender cómo podrían ser tan descuidados con los productos. Mirando fijamente el estante donde tenía todo el stock de cremas, empezó a haber un festín. ¡BUM! … ¡BUM!... Empezaron a estallar todas las cremas  a las que les daba el sol directamente. Entre carcajadas, Dario se daba cuenta que el problema no eran sus empleados, sino la maicena fermentada por el calor en las cremas. Después de risas se da cuenta que debe mejorar la fórmula y una vez más acude a su socio, Pocho y su hermana Yoli, quienes después de tiempo pensando cómo reemplazar la maicena, no obtienen ninguna respuesta… "¡Ya lo sé !" dice darío, -"Tenemos que ponerle la dosis adecuada de soda cáustica, y eso va a generar la tensión en la piel que buscamos" - En las pruebas se testearon diferentes cantidades de soda, lo más importante era que la piel sintiera una diferencia pero que quedara suave y tersa, para saber si esto era así Yoli debía probar en su cara cada fórmula y esperar a ver como reaccionaba su piel.

Las primeras pruebas fueron fallidas, pues Yoli sentía que su cara se prendía fuego, luego, su piel quedaba enrojecida; La solución a esto era sacar más producto y seguir con las pruebas. La siguiente prueba daba como resultado que se sentía igual que las otras cremas del mercado, pero no era lo que buscaba Dario, él quería una diferencia. Hasta que encontró la dosis perfecta, una dosis que daba la suavidad que el rostro necesita, y la sensación de piel tersa, sin arrugas. Las mujeres mayores ansiaban siempre la llegada de las "Muchachas de las cremas" para poder volver a comprarlas y así tener una piel hermosa.

Dario había cumplido su capricho, sacar las primeras cremas antiarrugas al mercado, o al menos eso creía él, pero una vez más sentía la necesidad de emprender algo nuevo, pero tenía que ser más desafiante, un negocio diferente, que le diera más dinero. Una noche como todas sus noches, estaba en el bowling, tomando whisky con sus amigos, cuando uno de ellos, Repeto, se acerca y le dice "Si te ofrezco un negocio que te deje más dinero del que estás haciendo ahora, lo harias?" Dario enseguida abre su maletín lleno de dinero y le pregunta, "¿Voy a hacer más dinero que esto por día?". Su amigo le aseguraba que iba a duplicar y hasta más el dinero. La operación era sencilla, además con una estructura parecida a la venta de las cremas, Dario tenía que ir puerta por puerta o como "Timbrero" como él lo llamaba, ofreciendo comprar todo el oro que la gente tuviera en sus casas, ya sea que no lo usaran, estuviera roto o tuvieran una necesidad económica. Dándole un voto de confianza, Dario decide darle una semana de prueba, si en esa semana lograba tener ganancias significantes, se dedicaría al nuevo negocio. 

Durante cada día de esa semana, salieron Dario y Repeto a tocar puerta por puerta por los barrios cercanos, compraban y vendían oro como si fueran golosinas, al terminar la semana Dario sorprendido por el margen de ganancias, siendo el año 1976 decide aceptar a su nuevo socio, era tan grande la visión que tenía sobre ese nuevo negocio que le regala el la fabrica de cremas a Pocho y emprende en su nuevo camino como joyero. 
El tiempo pasaba y parecía que  se iba volando, el negocio del oro le permitió a Dario no solo recorrer barrios, sino también le permitió conocer otras provincias y otras ciudades, su estilo de vida cambió por completo, viajaba en aviones de ciudad en ciudad, conseguía cantidades de oro que no se hubiera podido imaginar antes, podía disfrutar de sus noches de bowling y whisky con sus amigos. 

Conclusión 

El negocio iba tan bien que deciden establecerse en un local en el partido de San Fernando en el año 1977, sobre una de las calles más importantes, la calle Constitución al 588 y una segunda sucursal en Virreyes. El propósito de estos locales era dejar de pasar casa por casa y que fuera la misma gente que viniera a ellos. Con un letrero muy llamativo a la calle,  que decía "Compro Oro" sus negocios siguieron creciendo y ellos seguían teniendo grandes ganancias. Además de esto empezó a moverse en otros terrenos, la compra de oro se convirtió en compra y venta, haciendo de sus locales unas de las joyerías más importantes de San Fernando, también aprendió a lidiar económicamente con la policía para no tener problemas legales, ya que en esa época la venta del oro era ilegal, hizo contactos que le servirian mas adelante en un nuevo negocio, además empezó a conocer gente de la política que lo llevaría a otros caminos que les contaré más adelante.
FIN.

De timbrero a dueño de joyerías
Síntesis
Esta historia le pertenece a mi suegro, un hombre hoy mayor, que vivió  su vida a su manera, sin importar el qué dirán, ni escuchando a los demás, una historia que demuestra el esfuerzo de un emprendedor que desde muy chico trabajó por su propia cuenta. Para los años 70 's Dario tenía una pequeña oficina donde con su socio Pocho, fabricaban diferentes tipos de productos para el hogar. Dario siempre ha sido un hombre impaciente por los nuevos negocios y todos los que se ha propuesto los ha logrado, por su puesto a su manera.
Un día, Dario quiso incorporar en su negocio, cremas para la piel de las mujeres, pero no cualquier crema, él quería fabricarlas y además quería "inventar" la crema antiarrugas, pues él creía que no existía en el mercado un producto para esta necesidad. Es así como entre charla y charla con un amigo suyo que es químico, toma toda la información que necesita para hacer de cero una crema. Dario pasa por un camino de aprendizaje en la preparación de la fórmula ideal para la crema antiarrugas, entre los ingredientes se encontraban aceites, aromatizantes, colorantes, maicena… pero para lograr el efecto antiarrugas necesitaba un ingrediente más potente. Con la búsqueda del ingrediente ideal, vinieron las pruebas hasta lograr la cantidad de producto necesaria para los resultados que Dario quería.
Una historia llena de pasión por el trabajo, descubrimiento de nuevos negocios, un mente activa que no podía parar de hacer cosas y un corazón frío que no le importaba el mal o bien que generará en las otras personas, solo él quería saciar su necesidad de ser un hombre de negocios, necesidad que lo llevó de fabricar cremas, a ser dueño de una de las primeras joyerías en la localidad de San Fernando, asi como tambien otros socios y otros negocios.


Entrevistas
Introducción
Entrevista por: Carolina Gonzalez, Estudiante de la Licenciatura de Comunicación Digital.

El pasado lunes 4 de octubre, se entrevistó al Sr. Jose Carlos Mori alias "Dario", quien protagoniza la historia elegida para la materia "Comunicación Oral y Escrita". Se trató de una entrevista personal con el objetivo de obtener más detalles de la historia elegida para la actividad "Una historia de mi familia", para así poder empezar con la escritura de la misma.

Entrevista
Hola Dario, ¿podrías contarme en qué año fuiste dueño del emprendimiento  de cremas antiarrugas?
Yo tenía 23 años, sería en el año 1973. 
¿Podrías decirme en donde estaba ubicada la oficina de tu empresa?
Estaba ubicada en un segundo piso en la calle principal de Morón.
¿Tenías algún socio o lo hacías con alguien más?
Si, el marido de mi hermana "El Pocho" éramos socios en esa época, y "La Yoli" mi hermana también nos ayuda en la empresa.
¿Cuántos empleados tienes? 
Eran 33 chicas.
¿Solo eran mujeres? 
Bueno de los 33, 4 eran amigos o conocidos que eran los jefes de equipo.
¿Me contarías cómo empezaste en el negocio de las cremas?
En esa época además de hacer cremas también fabricaba y vendía otros productos de cosmética como aromatizantes de ambientes, los saca humedad de los placares y entre otras cosas, un dia me empece a interesar por las cremas, y le pregunte a un amigo químico como era el tema. En una larga charla me contaba que para realizar una buena crema, de esas de calidad,  era indispensable tener una buena base, en esa época era muy usado el aceite de ballena pero era muy caro, por lo que mi amigo me dio otra opción y era comprar crema base de laboratorio. Al tener un precio conveniente decidí comprar todo lo necesario y empecé a producir cremas, a algunas les ponía colorantes y algunas gotitas de perfume para cambiar y que no parecieran todas iguales. Un día decidí CREAR la crema antiarruga, "Aunque no lo creas en esa época no existían las cremas antiarrugas" entonces yo quería ser el primero en fabricarlas. Con mi socio "El Pocho" empezamos a pensar en qué componente podíamos ponerle a la crema para que hiciera un efecto tensor en la piel de las mujeres y decidimos ponerle maizena, y así empezamos a distribuir puerta a puerta cremas antiarrugas. 
¿Cómo sabías que la maizena iba a funcionar?
En ese momento creíamos que la maicena al ser un tipo de harina generaba una sequedad que junto con la crema iba a generar esas sensación de piel tensa.
¿Cómo era la dinámica de trabajo en la empresa?
Los vendedores tenían que ir en equipos recorriendo barrios, siempre acompañados por un jefe de equipo, iniciaban la jornada a la mañana, con un maletín cargado de cremas, después a la tarde, tenían que regresar a la oficina y rendir cuentas, contábamos cuantas cremas vendían y me entregaban el dinero que habían recaudado. Finalizado el recaudo les volvía a reponer los bolsos con cremas para que estuvieran listos para salir al día siguiente.
¿Ud no salía a vender con ellos? 
Para esa época no, antes de tener el equipo de trabajo yo si era TIMBRERO iba casa por casa vendiendo cualquier tipo de productos, ya sea revendidos o productos que fabricabamos de forma casera con mi cuñado, pero cuando arranqué con las cremas deje de hacerlo, aunque un tiempo más adelante sin pensarlo iba a volver a estar tocando timbres, pero para un negocio más grande. 
¿Era rentable el negocio de las cremas en esa época?
Sii! Todos los días se llenaba un maletín de los de esa época con dinero, al terminar de rendir cuentas yo agarraba ese maletín y me iba al bowling a jugar y a beber wiskey, nos iba muy bien.
Cuenteme un poco más ¿cómo siguió el proyecto de ser el primer fabricante de cremas antiarrugas?
(RÍE) Al tener un percance con las cremas que fabricabamos con maicena decidimos cambiar la fórmula. Nos dimos cuenta que la maicena al tocarla el sol fermentan y esto causaba una explosion, lo que llevo a que durante determinados días los empleados llegaban con 1 o 2 cremas, pero yo no les creia que no habían sido ellos, para mi las golpeaban o no tenían cuidado con el bolso, pero un dia estaba yo en la oficina abrí las cortinas dejando entrar el sol por la ventana, el rayo de sol daba directo a la estantería donde estaba el stock de cremas, me quedé mirándolas y de un momento a otro "PUM.. PUM" empezaron a estar las cremas (Dice entre carcajadas Dario). Claro ahí nos dimos cuenta que la maizena no servía, entonces teníamos que probar otra cosa. 

Pensando y pensando con "El Pocho" que podíamos ponerle a la crema para que generara esa tensión en la piel, se me ocurrió algo "Soda Caustica" le grite, pero claro teníamos que medir las cantidades ya que tenía presente que no podíamos excedernos. Para esto empezamos con pequeñas dosis de soda cáustica, y le pedíamos a mi hermana, "La Yoli" que en paz descanse, que se aplicara la crema en la cara, depues de 1 o 2 minutos le preguntamos si sentía algo diferente, a lo que su respuesta fue "Se siente igual que las otras cremas", entonce le pusimos un poco más de soda cáustica, y de nuevo lo probamos, después de unos segundo "La Yoli" empezó a gritar "Quema! Quema!", indicio que debíamos bajar la dosis, así fuimos probando hasta que llegamos a la dosis perfecta y sacamos el nuevo producto a las calles para vender.

¿Durante cuánto tiempo tuvo la empresa de cremas?
Aproximadamente 3 años, hasta que me ofrecieron un nuevo negocio que iba a cambiar mi vida.
¿De qué negocio se trataba?
Comprar oro, en esa época el oro era muy valioso, y un amigo muy querido me ofreció ir casa por casa comprando Oro, prometiéndome que iba a ser mucho más que los maletines que recaudaba vendiendo cremas. Más precisamente en 1976 empecé como timbrero de nuevo, pero esta vez buscando un mejor futuro.
¿La promesa de su amigo se cumplió? ¿Pudo recaudar más de lo que ya hacía por día? 
Si! De hecho le di una semana para probar, cumplida la semana, las ganancias fueron exorbitantes, así que decidí dedicarme de lleno al Oro, tan así que le regale la empresa de cremas a mi socio y cuñado, asi yo me dedicaba 100% a un nuevo negocio con un nuevo socio. 

Conclusión

En la entrevista se logra obtener un detalle de los sucesos de la historia y los personajes que lo acompañan, también es importante aclarar la emoción con la que Dario cuenta la historia, entre risas y ojos aguados expresó lo difícil que fue esa época, pero también cómo  logró salir adelante. Es por eso que el título tentativo para esta historia es "De timbrero a dueño de joyerías". 
Un nuevo socio un nuevo negocio 

Mi primer escrito
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