En el año 2050, seres antiguos y necios sedientos de más poder del que ya tenían, empujados por el vacío que solo puede carcomer a un inmortal en la cima del mundo, decidieron tomar el control de la tierra y de las vidas de todos sus habitantes
Soberbios, los llamados vampiros, creyeron que bajo su mandato y vigilancia solucionarían la vida de todos los humanos. Prometieron la igualdad y la justicia, pero nunca nos respondieron la simple pregunta de: ¿iguales a quién?
Lo intentaron, instalaron cámaras y micrófonos,  drones vigilaban los bosques y los mares, mientras robots de carne y de metal patrullaban las calles de las ciudades, fue así como nos encontraron.

Solo con su ojo omnipresente, finalmente confirmaron lo que hace mucho tiempo sospechaban.

Nosotros los Lupinos somos reales, siempre lo hemos sido, ocultos entre el hombre usando mascaras de humanos, escondidos a plena vista.

Al principio nos limitábamos a vivir nuestras vidas mezclados entre la gente, pero no podíamos ser como todos los demás, los lupinos libres de cuerpo y mente como somos, íbamos en contra de sus promesas vacías de equidad a cualquier precio, nuestra existencia era un riesgo para el mandato de los vampiros pues éramos distintos y no podíamos dejar de serlo.

Bajo el inconsciente y mal informado mandato de los vampiros el hambre y escasez, regresaron a lugares del planeta que solo las conocían en historias y en documentales. Mientras  que a nosotros  nos cazaban y trataban de “igualarnos” arrebatándonos nuestra piel.

Antes de que el mundo fuera secuestrado por esas sanguijuelas, si esto pasaba la gente escapaba en manada de esos territorios infectados y malditos, después de todo lo vivo siembre busca preservarse y huir es uno de los dos impulsos que tenemos para lograrlo, pero ¿Qué hacer cuando no hay lugar al que correr? En ese caso, la vida siempre se abrirá camino y peleara.

El hombre y el lupino, quienes anteriormente se evitaban y recientemente se hicieron enemigos a causa de la propaganda y las mentiras, se aliaron por primera vez ante una amenaza en común, un parásito que les succionaba la vida y la libertad, una alimaña que hace tiempo debió dejar de haber existido, fue así que armados con afiladas garras y la voluntad de vivir se enfrentaron contra las alimañas quienes comandaban hordas de robots de acero y humanos con la mente secuestrada.

La guerra fue larga y terrible, mucho más que cualquiera que se hubiera peleado antes, después de todo estaba en juego la libertad de los humanos y la vida los lupinos.
Muchos valientes hombres murieron, muchos lupinos inocentes fueron masacrados al punto de que casi vuelven a ser tan solo una leyenda. Pero al final los vampiros fueron derrotados. Pues como buen parásito no puede vivir sin su huésped.

Temerosos de la muerte y de la vida, negándose a recibir su castigo por la fatal arrogancia que casi destruye al mundo, escaparon en una nave azul. Los que otrora contemplaban el mundo desde la más alta de las cimas, en exilio lo harían desde la luna.
El mundo así como el humano y el lupino, salvaje e incontrolable como siempre lo han sido nuevamente, podían respirar el aroma de la libertad y con ella al no haber quien limitara la creatividad y la inventiva, una nueva era de progreso y prosperidad llego, primero a unos pocos lugares, pero luego se expandió hasta llegar a casi todos los rincones del planeta, se lograron cosas que antes se creían imposibles.

Los lupinos ya no teníamos que escondernos éramos respetados y admirados por nuestro valor, fiereza y por el sacrificio que nuestros hermanos hicieron por todos nosotros.

Han pasado 100 años (año 2160) y aunque fue lento al final, nosotros y la civilización herida  del humano logramos recuperarnos y gozar de las mieles del nuevo mundo.
En todo este tiempo la luna a donde los parásitos habían escapado ha sido ignorada, tal vez por que deseamos olvidar, pero recientemente, un extraño resplandor azul, como el de la nave en la que los vampiros huyeron ha sido captado por nuestros telescopios. Producto de esto y con temor de que las sanguijuelas puedan regresar a la tierra y destruir todo lo que hemos creado (pues son inmortales y para vengarse tan solo necesitan paciencia). Un grupo de valientes humanos y lobos se embarcaran en una misión para una vez más viajara a la luna luego de casi 200 años.

Entre ellos el primer lupino ciborg  C-2W (Ciborg WereWolf), anteriormente veterano de la llamada guerra de las sanguijuelas, ahora renacido como una maquina perfecta para cazar y destruir a esos monstruos, será el héroe que derramara la sangre robada de esa inmunda plaga, para eliminarla de una vez y para siempre.
C-2W, El depredador lunar
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C-2W, El depredador lunar

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