Ubicada en el valle de Guadalest, Valencia, se implanta sobre una peña, y entre bancales una vivienda con un programa sumamente específico. En la búsqueda de empatizar con el contexto y contemplando los parámetros bioclimáticos óptimos para la región se proyecta una cocina entre dos patios como nexo articulador de toda la casa y se dividen los usos y actividades en distintos niveles promoviendo diversos grados de contemplación del paisaje y los elementos inmediatos, como la peña y la pinada.
"Una casa. Una peña. una pinada. La imposibilidad de aislarlas una de otra más que como conceptos. La triada resulta (en) una unidad, pero que solo se percibe fragmentada. El propósito es, entonces, brindar percepciones, fugas, perspectivas, acercamientos, puntos de vista, con el fin de reconstruir los fragmentos.
Dos patios. Uno de contemplación e introspección. El otro para las labores y la vida cotidiana. Vinculados por el fuego, la cocina, núcleo de reunión y centro de actividad de la casa.
Un lugar para estar con los demás; versátil en contacto con el interior y el exterior.
Por debajo, el espacio para estar con uno mismo, aislado, buscando las fugas hacia la naturaleza.
Elevándose, enmarcando el patio y acercándose a las cimas, un espacio para estar con Dios.
Interpretar un doble lenguaje, la tectonicidad de la peña, y la lucha contra la gravedad del pino."
