En colaboración con: 
Eduardo Rodriguez- Sofia Torroba-  Ainhoa Olabarria
En el taoísmo se es considerado que todas las personas tienen el mismo rango que cualqui- er elemento de la naturaleza. Es decir, el ser humano está sujeto a cualquier cambio cíclico como todo lo demás, y por ello, en él no hay una esencia inmutable que lo haga superior y más importante al resto. Esta religión aboga por el camino de la sencillez y humildad.
Dos conceptos muy importantes presentes en ésta son los conocidos Yin y Yang. Esta filosofía ex- plica las fuerzas contrarias y complementarias existentes en todas las cosas: en todo lo bueno hay algo malo y en todo lo malo, hay algo bueno. Es la conexión entre cuerpo y alma, entre lo femenino y lo masculino, entre la noche y el día, el fuego y el agua.
El Yin se traduce sobre todo en el movimiento, mientras que el Yang se manifiesta especialmente en la pasividad. Como se mencionaba anteriormente, el taoísmo se fundamenta en el equilibrio general que rige todas las cosas. Los hombres están en este mundo para hallar su Tao, es decir, su camino, y para alcanzarlo, hay que buscar la fuerza en
la armonía que reside en mantener estos dos elementos en un equilibrio perfecto.
Es por ello por lo que el Yin Yang se halla tras el significado de nuestro proyecto. Consideramos fundamentales los elementos contrarios pero a su vez, complementarios: la asimetría, la paleta cromática, los tejidos utilizados; la sencillez dentro de lo complicado. Pero sobre todo, al igual que Aletheia, encontrar una armonía entre nuestros diseños y el entorno social actual.
The contrary
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