La tía Julia

Tía Julia nos visitaba cada fin de semana, era inconfundible su llegada porque silbaba como pájaro alambrero para que le abrieramos la puerta de la casa. Tía Julia no era como todas las tías, no, ella era especial. Cuando mamá iba a la cocina mi tía me decía -Oye pequeña ¿Qué tienes en la bolsa de tu pantalón?- Y como por arte de magia ¡Había un billete doblado! Nunca supe como lo hacía. Un sábado a tía Julia se le ocurrió llegar más temprano de lo habitual, yo estaba regando una planta de mamá y corrí emocionada a saludarla por la ventana y tropecé con mis cordones desatados, lo que me hizo tirar la maceta por la ventana y fue a caer en la cabeza de tía Julia.

Ha pasado una semana desde que tuvimos ese accidente, desde entonces la tía ha estado en el hospital y yo amarro las agujetas dos veces. Pero hace unos días un pájaro alambrero ha venido a cantar a mi ventana, me gusta pensar que es la tía Julia que me dice que pronto estará en casa.

Ilustración: Bobby Watson