El micro-mercado se entiende como un catalizador barrial, capaz de generar un núcleo urbano autosuficiente y autosostenible que le permita a la población más afectada pasar de ocupar su vivienda a ocupar su barrio de manera segura y organizada. El empoderamiento de las comunidades es fundamental para poder superar la crisis. Se concibe la intervención como un motor para promover la participación, la organización barrial y la resiliencia; se plantea que cada localidad tenga un rol protagónico en la implementación y la organización de su mercado y sea responsable de disponer de personal para el control de ingreso y funcionamiento diario. También se busca que la economía del barrio se desarrolle y reactive de la mano del proyecto, dejándose a disposición de cada localidad puestos de venta para la comercialización de producción local y una posible implementación de ollas comunes y vasos de leche. A su vez se busca apoyar a los miembros de la comunidad en temas de asesoramiento sobre emprendimientos empresariales, que contribuyan a la construcción de una economía local.