Hice este dibujo apenas comenzaba la cuarentena. A través de él quise demostrar cómo son verdaderamente las cenas de hoy en día. Nos gusta ir a cenar... con amigos, con familia, con compañeros de toda la vida. Sin embargo, muchas de éstas salidas son así. Una simple mesa para dos, para dos celulares...
Ahora que ya pasaron más de 100 días veo ésta pieza desde otra perspectiva. Cinco personas encerradas en una misma casa, viéndonos las caras todos los días. No quiero parecer desagradecida, porque no lo soy. Al contrario, agradezco las oportunidades y comodidades que me dio la vida. 
Hay una conversación de hace unos días en la cena que merece ser contada. Estábamos todos callados. Mi mamá, mi papá, mis hermanos y yo. Nadie se atrevía a largar una palabra. Hasta que mi hermano finalmente dijo 'bueno, la verdad no tengo nada nuevo para contarles'. Me pareció una frase tan sincera y real. Eso nos está pasando. Es la realidad. No está bien ni mal.
Más allá de esto, vuelvo a la ilustración. Con ella quiero transmitir que el tiempo pasa, tratemos de aprovecharlo mientras sea posible. No sea cosa de que nos agarre otra pandemia y las charlas en restaurantes se vuelvan una posibilidad incierta en el futuro.
Charlas
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