Nos juzgan por ser adictos.
Nos señalan, nos llaman viciosos, nos segmentan y nos discriminan.
Nos dicen que nuestra adicción no nos llevará a nada bueno y les da miedo contagiarse de eso que todos ven mal.
Otros tantos, procuran no estar cerca de personas como nosotros.
Incluso, existen los que intentan ayudar… Read More
Nos juzgan por ser adictos.
Nos señalan, nos llaman viciosos, nos segmentan y nos discriminan.
Nos dicen que nuestra adicción no nos llevará a nada bueno y les da miedo contagiarse de eso que todos ven mal.
Otros tantos, procuran no estar cerca de personas como nosotros.
Incluso, existen los que intentan ayudarnos con palabras de aliento y hay otros que caen en lo absurdo de querer rehabilitarnos.
No se dan cuenta que estamos tan perdidos en nuestra indisposición que no importa lo que digan o lo que hagan… ya no podemos salir.
No podemos porque no queremos.
Siempre estamos en busca de ese efecto tan placentero que sólo puede ser saciado con nuestra dosis diaria.
Y cuando por fin decimos ¡no más!... Recaemos.
Volvemos a ese círculo vicioso del que nos es imposible salir.
Porque para nosotros esto es vida, esto es plenitud, esto es el éxtasis.
Quieren que seamos felices siendo como los demás.
Que tengamos una pareja, que lleguemos temprano a casa, que salgamos a correr por las mañanas y toda esa basura que nos importa un carajo y que estamos dispuestos a sacrificar con tal de seguir con esto.
Porque una vez que entras no es tan fácil salir.
Y más cuando nuestra adicción nos ha llevado a conseguir grandes éxitos, a salir de la estadística, a buscar la superioridad, a no ser una agencia grande, sino una agencia efectiva.
Y es esta enfermedad lo que hace que las horas extras, los infinitos cambios, el poco presupuesto, las miles de llamadas y los viajes largos en carretera se vuelvan un reto. Un desafío que sabemos vamos ganar.
Porque nosotros buscamos la excelencia en cada proyecto, en cada presentación y en cada junta de trabajo. Aún sabiendo que existen muchos límites, pero no para nosotros. No para un ADdicto.
Read Less